 
		   
		En la reforma debe asegurarse a la sociedad un avance del sistema de Justicia: Gutiérrez Cohen.
 La necesaria  reforma judicial debe guiarse por principios de honestidad intelectual y de  racionalidad, para asegurar a la sociedad un avance, expuso el presidente del  Supremo Tribunal de Justicia del Estado (STJ), magistrado Max Gutiérrez Cohen.
La necesaria  reforma judicial debe guiarse por principios de honestidad intelectual y de  racionalidad, para asegurar a la sociedad un avance, expuso el presidente del  Supremo Tribunal de Justicia del Estado (STJ), magistrado Max Gutiérrez Cohen.
En la  inauguración del séptimo juzgado de lo penal en esta capital, Gutiérrez Cohen  indicó que la apertura del mismo se efectuó para atender las cargas de trabajo  crecientes, pues en el año 2005 en los 6 juzgados se registró un promedio de  507 asuntos por cada uno y en  2006  ingresaron alrededor de 564 asuntos por juzgado.
Señaló que el trabajo en materia penal se ha  intensificado notablemente, pues a nivel estatal en  2006 ingresaron 9,750 asuntos “y para atender las demandas de  justicia de la sociedad sonorense, desde el inicio de nuestra gestión, hace ya  casi un año, inmediatamente procedimos a reforzar los juzgados en diversos  aspectos sustanciales, como son la capacitación y la especialización”. Asímismo  “procedimos de  inmediato también  a apoyar a los juzgados con personal  especializado para avanzar en el desahogo de los asuntos, con la renovación de  equipos de cómputo, adquisición de vehículos para notificaciones y citaciones,  entre otras cosas”.
Dijo que  se registraron avances “entre los que destaca el hecho de que en el 2006, del  total de asuntos radicados, se siguieron 971 casos por la vía sumaria, de los  cuales se resolvieron 680  asuntos en  períodos de uno a 3 meses, lo cual demuestra que es totalmente factible la  resolución de estos juicios en plazos bastante aceptables”. 
Reforma judicial, para avanzar no para quebrantar el  sistema de justicia
Expresó  que “la sociedad sonorense exige con toda legitimación, una mejor  administración de justicia y no escatimamos esfuerzos ni recurso humano ni  administrativo alguno a nuestro alcance, para aplicarlos en lo absoluto a esta  delicada función que está en nuestras manos. En el campo de la reforma  judicial, también tenemos muy claro que debemos avanzar para mejorar el sistema  de impartición de justicia y en lo que a creación de nuevas leyes se  refiere,  siempre hemos tenido la  actitud de colaborar en la formación de las iniciativas, y con el Poder  Legislati-vo en las deliberaciones en que hemos podido participar, para hacer  valer nuestra información, experiencia, puntos de vista y propuestas con el fin  de mejorar el sistema de justicia.
“Por eso  actuamos y lo seguiremos haciendo, guiados por principios de honestidad  intelectual y de racionalidad, para hacer los planteamientos que aseguren a la  sociedad un avance con alte-za de miras y basados siempre en la realidad de lo  que se  puede y debe hacerse, sin  exponer a nuestra comunidad a quebrantos del sistema de justicia, que se puedan  traducir en un au-mento en la incidencia delictiva, en impunidad, desatención a  las víctimas y en la prolongación de los procesos a períodos mayores a los que  actualmente se tienen en la práctica”. 
Visualizó  al sistema de justicia penal “dentro del gran tema de la seguridad pública, del  seguimiento del debido proceso legal, del respeto a las garantías individuales  y del resarcimiento de los daños a las víctimas, de las soluciones alternas al  proceso cuando las mismas no trastoquen el valor de la seguridad pública, y de  la aplicación, en su caso, de la sanción justa y legal a quienes resultan  penalmente responsables en la comisión de un delito”.  
Por ello  se pronunció “por un razonable y cuidadoso análisis del procedimiento penal, a  fin de diseñar reformas que fortalezcan con seguridad la articulación continua  de cada acto, tanto los de naturaleza escrita como los de esencia oral, tales  como la declaración  del inculpado ante  el juez, el desahogo de testimoniales y de careos, las juntas de peritos para  discutir sobre puntos controvertidos y la audiencia final del juicio, de manera  que la sucesión continua de la fases permitan mejorar la  prosecución   ordenada y equilibrada del proceso hasta resolverse en defi-nitiva, y  que todo quede debidamente integrado, para que en los casos de apelación o de  amparo, pueda ser exhaustivamente revisado por el tribunal de segunda Instancia  o el tribunal de justicia federal. 
“Cualquier diseño de normas procesales que se  establezca en forma rígida o inflexible y que no garantice la sucesión continua  de los actos y audiencias del proceso, contradice el principio de celeridad y  conduce a la prolongación del trámite de los asuntos.  Es muy importante puntualizar que el principio de inmediación es  esencial en el proceso, pero también es sumamente relevante la articulación continua  de los actos, diligencias y audiencias para garantizar la efectiva celeridad.  Así, es claro que el proceso solamente puede   avanzar mediante el trabajo diario en el que se realicen en forma  sucesiva y continua cada uno de los actos de que se trate, de manera que sólo  mediante esa realización de un proceso legal lógicamente ordenado, que se  constate y permita acreditar el desempeño de las funciones reales y eficientes  del personal jurisdiccional, solo así puede obtenerse el resultado que todos  buscamos, que es el de lograr una justicia completa, pronta e imparcial.
“Por ello, la reforma debe ser fincada  en principios de racionalidad y de honestidad intelectual, para que se  traduzca, como a todos nos interesa y lo pretendemos hacer, en un avance en la  impartición de justicia y que no suceda como en otros países, en los que el  diseño inadecuado de una reforma constitucional y de leyes secundarias, se  traduzca en situaciones de desequilibrio al interior de los procesos, en la  prolongación de los mismos con escasos índices de resoluciones definitivas,  sobre todo por delitos graves, y en los cuales se detecta que lejos de cumplir  con los principios de celeridad, de continuidad y de concentración del proceso,  éstos se ven lesionados, afectando a todo el sistema de impartición de  justicia, en demérito  de los  inculpados, de las víctimas y de la sociedad entera”.
Reiteró la plena disposición de seguir  participando en la reforma judicial, como lo han venido haciendo en diversos  foros nacionales y locales, y de continuar con el máximo esfuerzo en el compromiso  con nuestra comunidad, mediante el trabajo diario a fin de acercarse al nivel  de las exigencias de justicia de la sociedad sonorense. 
Por su parte, en representación del Gobernador del  Estado,  Ing. Eduardo Bours Castelo, el  Procurador General de Justicia, licenciado Abel Murrieta Gutiérrez, reconoció  al Poder Judicial: 
“Nosotros sabemos, quienes estamos  dentro del trabajo de la administración de justicia en sentido más amplio, que  el Poder Judicial resuelve aproximadamente el 70% de los casos que se le vienen  presentando a pesar del crecimiento que tiene el Poder Judicial en su trabajo,  en la carga de trabajo de los juzgados, los secretarios de acuerdos, los  jueces, los magistrados y todo el personal hace el esfuerzo y resuelve el 70%  de este trabajo. También se habla y también hay que reconocer el esfuerzo del  Poder Judicial en materia de las reformas”.
A esta inauguración, donde el Lic. Jaime Arturo Soto  Hopkins asumió como juez del juzgado séptimo de lo penal en Hermosillo,  asistieron también los magistrados del STJ y regionales; el diputado Héctor  Sagasta Molina, representante de la Comisión Permanente del H. Congreso del  Estado; licenciado Gilberto Gutiérrez Quiroz, en representación del Presidente  Municipal; licenciado Guillermo Molina Elías, presidente de la Barra Sonorense  de Abogados, así como jueces  y  servidores públicos.    
 
	        
	          
           
	



