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Hermosillo , Sonora., 13 de Abril de 2011
En el relevante  foro “Por una mayor participación política de las mujeres” que se inauguró en  esta ciudad, estuvieron presentes el Lic. Guillermo Padrés Elías, Gobernador  del Estado, la Sra. Iveth Dagnino de Padrés, Presidenta del Sistema DIF Sonora,  el Lic. Javier Gándara Magaña, Presidente Municipal de Hermosillo, el Mgdo. Max  Gutiérrez Cohen, Presidente del STJ, el Dip. César Augusto Marcor Ramírez,  Presidente de la Mesa Directiva del H. Congreso del Estado, y el Dr. Heriberto  Grijalva Monteverde, Rector de la Universidad de Sonora; Lic. Claudia Pavlovich  Arellano, Presidenta del Comité Directivo Estatal del PRI; Juan Bautista  Valencia, Presidente del Comité Directivo Estatal del PAN, y Jesús Bustamante  Machado, Presidente del Comité Directivo Estatal del PRD, entre otras  personalidades representativas de instituciones y asociaciones de diversa  índole.
El evento fue organizado por la Lic. Patricia Mercado  Castro, Directora de “SUMA, transformando para la igualdad”, la Lic. Rocío  García Gaytán, Presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres, María de la  Paz López, Asesora Regional de ONU Mujeres, Lic. María Antonieta Meraz  Carrizoza, Directora del Instituto Sonorense de la Mujer y se celebró en el  Club Los Lagos, contando con la presencia estimada de más de 400 personas.
En su  participación, el Mgdo. Max Gutiérrez Cohen, Presidente del STJ dirigió el  siguiente mensaje:
“En primer término,  deseo agradecer y expresar mi reconocimiento a todas las personas  representantes de las instituciones que han organizado este evento, y a todas  las distinguidas damas aquí presentes. Particularmente, mi agradecimiento a la  Lic. Patricia Mercado Castro, quien tuvo la gentileza de invitarme para decir  estas palabras.
Es un honor tener  la oportunidad de participar en este foro, en el que se abre un importante  espacio de reflexión, sobre el potencial de las mujeres tanto en el servicio  público como en su vida personal.
Para ello, es  pertinente profundizar en el conocimiento de la situación que prevalece, e  identificar las políticas y acciones que es necesario trazar y realizar para  que tanto en la comunidad como en las diversas esferas de gobierno, realicemos  con más firmeza y agilidad los movimientos idóneos para lograr que el respeto,  la libertad, la seguridad y la justicia prevalezcan, sin distinción alguna,  para todas las personas.  
En este evento,  dada la calidad de los participantes, seguramente será fructífera la aportación  de experiencias y de múltiples puntos de vista, para fortalecer la cultura y  utilizar de la mejor manera posible, las herramientas legales, con el fin de  propiciar una mayor participación política de las mujeres. 
El papel que  tradicionalmente han desempeñado mujeres y hombres en nuestra sociedad y en las  instituciones, está experimentando, sin duda, grandes transformaciones. 
En la actualidad  destaca la participación de la mujer en todos los campos laborales y niveles  educativos, y es fundamental su función en la formación y educación de las  nuevas generaciones.  
Esto ha generado  cambios sociales favorables para avanzar en el camino hacia esa igualdad  sustantiva que debe existir entre los seres humanos; cambios que, es claro, no  existirían sin el esfuerzo de tantas mujeres que han trabajado para lograr el  ejercicio pleno de sus derechos. 
Esta labor es parte  de un proceso que debe estar en constante evolución, para enfrentar y vencer  los mitos, prejuicios y estereotipos socioculturales, que traen como  consecuencia diversas formas de discriminación. 
La tarea que debe  incrementarse en estos momentos, es para eliminar la inequidad entre las  personas, con base en el pleno convencimiento de que ello fortalece la moral y  la cultura, indispensables para que las mujeres y los hombres vivamos en una  sociedad cohesionada y justa, donde entendamos a cabalidad el valor de todas y  cada una de las personas.   
La Igualdad entre  la mujer y el hombre, en el ámbito Internacional se vio institucionalizada  desde 1948 al aprobarse la Declaración de Derechos Humanos por la Organización  de las Naciones Unidas, cuando reconoce: “Todos los seres humanos nacen libres  e iguales en Dignidad y derechos y dotados como están de razón y conciencia,  deben comportarse fraternalmente los unos con los otros….”.  Expresiones de esta tendencia Internacional  son también el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la  Convención Americana sobre Derechos Humanos, así como la Convención para la  Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la mujer, y las  Convenciones, Protocolos, Declaraciones y Resoluciones que la comunidad internacional  ha aprobado en cuestiones relativas a la igualdad de derechos que debe existir  entre ambos géneros y que México ha firmado para constituirlos en Ley Suprema  de la Unión. 
En el mismo orden  de ideas, nuestra Constitución establece en el artículo primero,  el derecho a la no discriminación, y proclama  el derecho a la igualdad plena entre el hombre y la mujer en el artículo 4,  cuando establece: “ el varón y la mujer son iguales ante la Ley.”
Para dar efectivo  cumplimiento a estos mandatos, se aprobaron a nivel federal, la Ley General  para la Igualdad entre mujeres y hombres y en nuestro Estado, la Ley de Fomento  a la Igualdad entre mujeres y hombres, ambas con el propósito de construir una  cultura de respeto, tolerancia y no discriminación.  
No obstante, el  marco jurídico apuntado, es claro que todavía falta mucho camino por  recorrer.  
Contar con  instrumentos legales específicamente creados para atacar la desigualdad es  importante para todos, especialmente para quienes tenemos la enorme  responsabilidad de impartir  justicia. 
Como Institución  encargada de proporcionar este importante servicio público, tenemos la  obligación de garantizar el ejercicio pleno y sin discriminación de los  derechos y libertades fundamentales de todas las personas, hacer efectivo el  principio de igualdad a que se refieren los artículos 1 y 4 de la Constitución,  e incorporar en la labor jurisdiccional los tratados Internacionales que México  ha suscrito.
Pero también  asumimos el compromiso de impartir justicia, sin discriminación y en ambientes  laborales libres de inequidad y violencia. 
Así, en el Poder  Judicial del Estado de Sonora nos esforzamos para que las personas que trabajan  en el mismo, se desempeñen con el máximo de sus capacidades, sin distinción  alguna por concepto de género o estereotipos que afecten la igualdad laboral,  que debe existir entre  mujeres y  hombres.  
Asumimos la  obligación y tenemos la plena disposición de mantener la estabilidad y el buen  gobierno, a través de la capacitación y selección de los mejores elementos; el  reconocimiento de su trabajo y la disciplina para que prevalezca el correcto  ejercicio de la judicatura. 
En relación con  actividades culturales y de capacitación que realiza el Poder Judicial del  Estado, y la participación de las mujeres en las mismas, es relevante mencionar  que en todos los cursos, talleres y conferencias que realizamos en el Poder  Judicial en el 2010, tuvimos el registro de 6,013 asistencias, de las cuales el  57% son mujeres, lo que es una realidad que continúa en el año en curso, en  todos los eventos de esa naturaleza que celebra el Poder Judicial.  
Esto demuestra la  participación mayoritaria de las mujeres para capacitarse y superarse  profesionalmente, en beneficio de la impartición de justicia.  Lo que estamos señalando no es una  expectativa, sino simple y sencillamente la verdad de lo que sucede en el Poder  Judicial del Estado, en torno de la presencia y el espíritu de desarrollo de  las mujeres al servicio de la impartición de justicia.  
Esto ha venido  incidiendo en la composición de los órganos jurisdiccionales, pues actualmente  el Supremo Tribunal de Justicia se integra por 7 personas, entre quienes se  encuentran las Magistradas Sandra Luz Verdugo Palacios e Irma Meza Vega, aquí  presentes; ellas son pilares importantes del Supremo Tribunal de Justicia.  Además, de los 13 magistrados integrantes de los Tribunales Regionales de  Circuito, 6 son mujeres. De los 62 Juzgados de Primera Instancia que existen en  el Estado, en 22 de ellos sus titulares son mujeres.  En lo que respecta al resto del personal  jurisdiccional, que ocupa las secretarías de proyectistas, de acuerdos y de  actuarios, son 488 servidores públicos, de los cuales 299 son mujeres, lo que  equivale al 61% de personas que desempeñan estos importantes servicios jurisdiccionales,  destacando que todas las personas que ejercen tales funciones cuentan con  licenciatura en derecho, y una gran cantidad de ellas cumple además con  actividades de capacitación, incluyendo especialidades y maestrías.
En virtud de lo  anterior, la realidad es que en el Poder Judicial existe un notorio avance en  la participación de mujeres y tenemos claro que la función jurisdiccional debe  ejercerse por todas las personas, a partir del principio de honestidad, con  capacidad y espíritu de superación en lo personal y en lo profesional, para  mejorar la calidad de la impartición de justicia.  
El compromiso es  ser más eficientes, fortalecer la independencia de cada persona que actúa con  responsabilidad, con el fin de acercarnos a la plena observancia de la  disposición constitucional que nos marca la obligación de impartir justicia de  manera pronta, completa e imparcial.   
El reto en el Poder  Judicial es fortalecer el ambiente realizando las acciones necesarias para que  cada persona, de acuerdo con su capacidad, sus valores y desempeño cotidiano,  cuente con el pleno respeto, el reconocimiento a su labor y el estímulo y  oportunidades concretas para su pleno desarrollo, y esto evidentemente  trasciende hacia la equidad, la igualdad entre las personas comprometidas en el  servicio público y consecuentemente en la calidad de la actividad  jurisdiccional.  
Este ambiente que  todos estamos obligados a cultivar y a engrandecer, cualquiera que sea nuestra  función en las instituciones públicas, también trae consigo el beneficio de que  cada persona identifique la forma como puede dar un sentido más positivo a su  existencia y tenga a su alcance los medios para lograrlo.  
Es fundamental la  realización de acciones concretas y nuestra actitud sólida y congruente, para  que mujeres y hombres accedan, con base en sus capacidades y méritos propios, a  niveles superiores de la vida dentro de las instituciones, y en todos los  ámbitos sociales, políticos, económicos y culturales.
Se requiere avanzar  de manera más clara y consistente para construir sólidos puentes entre la  realidad que prevalece, y la cultura y las leyes que consagran el valor del  respeto entre las personas.  
El único camino es  ser congruentes, cualquiera que sea la posición que tengamos en las  instituciones y en la sociedad, y actuar comprometidos para lograr al final del  camino, la conquista de un lugar común, un espacio construido con base en el  valor de la igualdad, de la equidad y en el sentido del pleno desarrollo para  todos los seres humanos. 
Muchas gracias.”
 
	        
	          
           
	



